ANA JULIA DELGADO
Un domingo 21 de marzo a las 8:35 am. nació en Cali, Colombia, mi muy querida y abnegada estrella🌟, Ana Julia Delgado Giraldo, docente de segundo nivel de preescolar de Mano Amiga Mariches.
Ana Julia es hija de Luis Mario Delgado y María Zorayda Giraldo Ceballos (†). Es la mayor de diez hermanos. De la unión entre sus padres tuvo dos hermanos y uno falleció. Fueron criados por los abuelos maternos. De la segunda unión de ambos padres, tiene siete hermanos por parte de padre y dos hermanas por parte de madre, una de ellas fallecida. De niños, no existió ningún contacto entre los hermanos; ya de adultos, lograron comunicarse y actualmente, tienen una hermosa relación.
Ana Julia creció en un hogar muy humilde con muchas carencias, ya que sus abuelos hacían lo que podían, pero eran muy mayores. Lo que nunca le faltó fue su apoyo incondicional, le dieron mucho amor y le inculcaron valores como el respeto, la unión y la solidaridad; a ellos les debe lo que es hoy como persona.
Estudió en un colegio de monjas llamado Nuestra Señora de la Chiquinquirá desde preescolar hasta 5º año de bachillerato. Los recuerdos más hermosos que tiene de su niñez y adolescencia están entre el hogar de sus abuelos y su colegio. Las monjas la apoyaron en todo momento y ante cualquier dificultad. Recuerda con mucho cariño a la Hermana Karina, quien era como una madre para ella. Gracias a su apoyo incondicional, dedicación y confianza, unido a su esfuerzo personal, Ana Julia logró obtener muchos premios a nivel académico y recreativo, entre ellos un viaje de excursión a Bogotá, cuando tenía diez años, que recuerda como “lo máximo”. También participó en grupos juveniles y de danzas, hasta los 17 años.
Su vida comienza a cambiar cuando muere la Hermana Karina y su papá deja de pagar sus estudios, por lo que tuvo que retirarse y buscar empleo, comenzando así su vida laboral.
En el ir y venir conoció a Rodrigo Humberto Castaño, su esposo. Se hicieron novios. Teniendo Ana Julia 19 años y Rodrigo 22 se unieron en concubinato en diciembre de 1981. Él emigra a Venezuela en el 82 y luego Ana Julia en el 84.
Se casaron por civil en abril de 1994 y por la iglesia el 18 de marzo de 2007. Tienen 40 años juntos. De este matrimonio nacieron 4 hijos: Rodrigo Humberto de 37 años, del cual tiene 2 nietos hermosos: Kristopher y Santiago, y actualmente está fuera del país. Milton Andrés de 31 años, quien realizó todos sus estudios en el Instituto Mano Amiga desde preescolar hasta bachillerato siendo seleccionado para optar a una beca en la Universidad Metropolitana, pero finamente no quedó; inició Ingeniería Mecánica en una universidad privada, pero suspendió por razones económicas en el cuarto semestre y en la actualidad trabaja fuera del país. José Guillermo de 29 años, hizo sus estudios de preescolar y primaria en Mano Amiga; iniciando bachillerato decidió ir con los padres Legionarios de Cristo a la apostólica donde se graduó de bachiller y luego fue al noviciado en México por dos años. Se retiró y al regresar fue becado por los Legionarios en la Universidad Metropolitana, graduándose de Licenciado en Economía, pero como no conseguía empleo, salió del país hacia Colombia, donde trabaja actualmente. José Gabriel, de15 años, es estudiante de tercer año de Educación Media General en el Instituto mano Amiga. Para Ana Julia, sus cuatro hijos son una gran bendición.
Al pasar de los años, vivía presente en Ana Julia, la inquietud de continuar sus estudios; su sueño era ser docente de inglés o matemáticas. Cuando iniciaron preinscripciones en el Instituto Mano Amiga, se acercó para inscribir a su segundo hijo de 4 años, hizo el proceso, presentó la prueba y quedó para el II Nivel de preescolar. Allí se abrieron las puertas de todo lo que había deseado. En la primera reunión de representantes, dos señoras del Regnum Christi, Lucía y María, de Escuela para Padres y Pro-superación, respectivamente, les dieron una charla y los invitaron a participar. Ana Julia se inscribió en ambos apostolados, así que pasaba dos mañanas enteras en el colegio. Luego de unos meses, Lucia la animó a colaborar en el programa de autoestima con la señora María Eugenia y las chicas que iban de Caracas con ella, quienes estaban encantadas con el trabajo de Ana Julia, por lo que le propusieron que se hiciera cargo de un grado ella sola; con temor lo aceptó, le encantó y aprendió mucho de esa experiencia. Unos días más tarde, Maritza, que era la profesora encargada de estudio de Biblia, les pidió de tarea, preparar una exposición sobre la historia de Noé. Maritza quedó encantada con la exposición de Ana Julia y la propuso como catequista voluntaria con Raquel Aponte que en ese momento era la Coordinadora de Religión. Ana Julia aceptó el reto y así inicio como colaboradora en Mano Amiga en el año 1996. Fue catequista voluntaria durante nueve años. En 2003 la llamó la señora Thais y le propuso hacer una suplencia como auxiliar de preescolar, comenzando así, su vida laboral formal en la Institución.
Observando el trabajo de Ana Julia, la Coordinadora de Religión la animó a retomar sus estudios. Se graduó de bachiller e inmediatamente se inscribió en la Universidad Simón Rodríguez, donde obtuvo el título de Licenciada en Educación Inicial. Luego realizó la especialización en Planificación y Evaluación, en la Universidad Santa María.
En la actualidad, es docente titular en preescolar, donde cada día ama más su trabajo, se siente enamorada de su colegio, de sus niños, de esos niños que Dios ha puesto en su camino y que son su pasión y motivación. Ha aprendido que Mano Amiga no es solo un lugar de trabajo, donde se cumple con una jornada, sino que es una gran familia donde todos se apoyan en cualquier momento; desde la señora Thais, que hace hasta lo imposible para ayudarlos en el problema que se les presente, y reconoce con cariño y gratitud, que a ella, personalmente, le ha ofrecido su apoyo incondicional en varias oportunidades.
Ana Julia cuenta con mucha satisfacción que, en Mano Amiga, celebran todo lo bueno que le sucede a cada uno de los integrantes de esa gran familia, así como sufren y acompañan a quienes pasan por momentos difíciles… como familia, cada uno hace suyo el dolor del otro y la alegría del otro. En el colegio, tiene grandes amigas que han llegado a ser parte de su familia, como Anayin, su comadre; Yelis y Yasmira hermanas de vida, el señor Joaquín y Elia, un ejemplo a seguir en cuanto a sentido de pertenencia y entrega se refiere.
En estos diecinueve años de trabajo, Ana Julia ha acumulado muchas anécdotas, pero recuerda una, especialmente, que la hizo llorar mucho. Se trata de un niño que tenía días llegando al colegio muy triste, apagadito y Ana Julia se acercaba y le preguntaba qué le pasaba, pero él no quería decir nada. Un día estaban en el parque y uno de sus compañeros le avisó que estaba detrás de un árbol llorando, ella se acercó, y sentándose a su lado le preguntó: “¿me quieres decir qué te pasa, te duele algo? y el niño le respondió: “es que si te digo, mi papá me va a pegar”, y Ana Julia le dijo: “pero cuéntame para ver cómo te puedo ayudar”, a lo que el niño le respondió: “¿me prometes que no lo vas a decir? Ana Julia, le dijo, eso depende, porque si puedo ayudarte, tal vez sea necesario decirlo”. Él se quedó pensando y le dijo: “por favor, guarda el secreto, pero es que mi papá le pega mucho a mi mamá y le dice unas groserías que no puedo repetir”, y subiéndose la camisa le mostró su espalda, en la que, claramente, se observaban las marcas de una correa. Ana Julia lo abrazó y le preguntó: “¿por qué crees que tu papá te pegó? A lo que automáticamente respondió: “porque quería defender a mi mamá”. Recuerda Ana Julia haberlo abrazado por un buen rato sin decir palabra; no podía hablar, porque lloraba con él, y así estuvieron hasta que él mismo se quiso soltar. Obviamente se citó a la mamá para el día siguiente. Esto le afectó terriblemente a Ana Julia, ya que el niño no fue por tres días y cuando regresó se dirigió a él con todo cariño, pero él la rechazó diciéndole: “no te quiero, me traicionaste, no me guardaste el secreto”, a lo que Ana julia le respondió que no podía, que tenían que buscar la manera de ayudarlo. Ese mismo niño, siendo ya un joven en primer año de bachillerato, se le acercó en una fiesta de Navidad y le dijo: “profesora Ana Julia, ¿puedo hablar con usted?; Ana Julia respondió con dulzura: “claro, si se pasó tu enojo conmigo” y él con un gesto de ternura la abrazó y le dijo: “sí, mi profe bella, gracias, porque gracias a usted mis padres recibieron ayuda, fueron a terapia y mi papá ha cambiado un mundo”; Y Ana Julia, muy emocionada le dijo cuánto se alegraba por él y por sus hermanas. Actualmente, la mamá del personaje de esta dura y bella historia, es catequista colaboradora del colegio, y cuando Ana Julia la ve caminando por los pasillos, no puede menos que sentirse orgullosa y plena de satisfacción.
Otra anécdota inolvidable para Ana Julia, fue el día de su matrimonio por la iglesia, celebrado en la capilla del colegio por el Padre Alfredo Cabral, junto al bautizo de su hijo José Gabriel. Al salir de la ceremonia, su sorpresa fue grande y hermosa, cuando encontraron que el señor Joaquín, les tenía preparada una bella celebración, con invitados, brindis, postres, todo bellamente decorado y les dijo: “este es mi regalo para ustedes”. El más bello e inolvidable regalo que Ana Julia y su esposo podrían haber recibido en ese momento tan especial.
Ana Julia afirma con cariño, que se siente inmensamente agradecida, primero con Dios y luego con la señora Thais, por confiar en ella y darle la oportunidad de pertenecer a la gran familia Mano Amiga, de la cual nunca dejará de estar agradecida y enamorada por la formación integral que al igual que los niños recibe el personal, cuidando de manera especial tanto la parte espiritual como física, de cada una de las personas que allí trabajan.
A Mano Amiga le debe lo que es laboralmente y le ha permitido llevar su experiencia con orgullo y ganarse el respeto de sus compañeras en su otro lugar de trabajo.
Gracias Ana Julia, por tu granito de arena para que Mano Amiga sea cada día un lugar mejor, por ser “estrella que deja huella”, por tu testimonio, gratitud, humildad, abnegación, por el inmenso amor que vas sembrando y por la huella que has dejado en los alumnos que pasaron por tus aulas y en quienes hemos tenido el placer de trabajar contigo y de conocer tu entrega y tu gran corazón. ¡Qué Dios te bendiga! 💫
Si deseas hacer un aporte a Mano Amiga Venezuela, puedes hacerlo a través de su página web: www.manoamigavenezuela.org, escribiendo un email a manoamigavenezuela@gmail.com o por los teléfonos +58 (212) 9850540 y +58 (212) 2581107 ¡Gracias! 💙
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